Descubre qué es la economía circular y cómo aplicarla en las empresas. Transforma tu negocio mediante prácticas sostenibles que optimizan recursos, reducen residuos y fomentan la innovación.
La economía circular propone un enfoque que busca redefinir la manera en que producimos, consumimos y gestionamos los recursos. Busca romper con el tradicional modelo lineal de "extraer, producir, usar y tirar" y en esta transformación las empresas juegan un papel fundamental.
Al adoptar prácticas circulares, no solo se optimiza el uso de recursos, sino que se reducen los residuos y el impacto ambiental, además de generar nuevas oportunidades de negocio, fomentar la innovación y fortalecer la resiliencia empresarial frente a los cambios y las presiones regulatorias.
En este artículo exploraremos la importancia de la economía circular en el contexto empresarial y su papel clave en la mitigación de los desafíos ambientales.
La definición de la Fundación Ellen MacArthur, una de las entidades más representativas e impulsoras del cambio a una economía circular, es la siguiente:
“La economía circular es un sistema en el que los materiales nunca se convierten en residuos y la naturaleza se regenera. En una economía circular, los productos y materiales se mantienen en circulación mediante procesos como el mantenimiento, la reutilización, el reacondicionamiento, la refabricación, el reciclaje y el compostaje. La economía circular aborda el cambio climático y otros retos mundiales, como la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación, desvinculando la actividad económica del consumo de recursos finitos.”
La economía circular se basa en tres principios fundamentales, impulsados por el diseño:
Los principios de la economía circular están respaldados por una transición hacia el uso de energías renovables y materiales sostenibles, lo que hace que sea un sistema resiliente que beneficia tanto a las empresas como a las personas y al medioambiente.
La economía lineal y la circular difieren fundamentalmente en su enfoque, en la visión de la creación de valor, en la perspectiva de sostenibilidad y en el modelo de negocio adoptado.
En primer lugar, la economía lineal sigue el enfoque de "extraer, producir, usar y tirar", mientras que la economía circular adopta el enfoque de "Reducir, Reutilizar, Reciclar y Recuperar", minimizando los residuos en la ecuación.
En cuanto a la visión, la economía lineal busca principalmente la rentabilidad a corto plazo, centrándose en la producción en masa y las ventas. Por su lado, la economía circular tiene una visión a largo plazo que considera la sostenibilidad a lo largo del ciclo de vida de un producto, promoviendo actualizaciones de productos, reparaciones y reacondicionamiento para lograr ciclos de vida más largos.
En lo que respecta a la sostenibilidad, la economía lineal trabaja hacia la reducción del impacto ambiental generado. Sin embargo, este modelo solo retrasa el flujo lineal de recursos de la producción a los residuos mediante el reprocesamiento de materiales en productos de menor valor (downcycling). Por el contrario, la economía circular busca minimizar el daño ambiental y convertir los materiales en algo de mayor valor que el original (upcycling).
En cuanto al modelo de negocio, la economía lineal se centra en productos que se producen, utilizan y luego se desechan como residuos, mientras que en la economía circular, su enfoque está en brindar un único servicio que puede ser utilizado por muchas personas en lugar de replicar el mismo producto para múltiples individuos.
El esquema del sistema de economía circular, comúnmente referido como el diagrama de mariposa, ofrece una representación visual del flujo constante de materiales dentro de una economía circular. Este modelo destaca dos ciclos principales: el ciclo técnico y el ciclo biológico.
La economía circular ofrece una serie de beneficios económicos significativos que impactan tanto a nivel macroeconómico como en la vida cotidiana de las personas.
Implementar la Economía Circular en una empresa es un proceso de mejora contínua, pero sigue siendo esencial para la sostenibilidad a largo plazo y el éxito en un mercado cada vez más consciente del impacto medioambiental de las actividades económicas. Aquí hay seis pasos esenciales para aplicar la Economía Circular en tu negocio:
1. Adaptar el modelo de negocio a la circularidad: promueve un ciclo de vida ampliado para los productos, considerando aspectos como la facilidad de reparación y la reutilización desde el diseño inicial. Resulta estratégico reorganizar la etapa final de los productos para reintegrar todos los materiales y minimizar la cantidad de residuos enviados a vertedero.
2. Diseñar productos para la circularidad: los productos circulares se conciben y diseñan considerando su ciclo de vida completo, incorporando elementos que permitan la reparación, el reciclaje y la reutilización desde el inicio y que contemplen características como la modularidad y la durabilidad.
3. Colaborar con todos los actores del ciclo de vida del producto: desde la concepción hasta la producción, venta y uso final, todas las fases y agentes implicados deben contribuir a cerrar el ciclo.
4. Gestionar el final de vida útil del producto: resulta fundamental gestionar de forma eficiente el uso final de los productos, a través de su reincorporación en el proceso de producción, su venta, donación o su reciclaje.
5. Calcular y medir la huella ambiental: para identificar áreas de mejora y establecer metas realistas de sostenibilidad es necesario entender el impacto ambiental de las operaciones y productos.
6. Educar a los consumidores sobre la circularidad: Involucrar a los clientes en el impacto de un modelo circular proporcionando información sobre cómo contribuir al cierre del ciclo.
7. Mejora contínua: al igual que las empresas evolucionan en otros aspectos del funcionamiento de una empresa, como la productividad o la rentabilidad, también hay margen de mejora respecto a la circularidad. Los productos pueden ser aún más duraderos, es posible encontrar nuevas formas de reintegrar y reducir los residuos en la cadena de valor, o se pueden implantar energías renovables.
El concepto de economía circular es cada vez más popular y las discusiones sobre este modelo han aumentado significativamente en los últimos años. Sin embargo, la circularidad global está disminuyendo y el uso de materiales secundarios ha bajado. Son datos del Informe de la Brecha de Circularidad de 2024 (Circularity Gap Report) en el que destacan estas conclusiones:
En 2020, alrededor de un tercio del total de los residuos generados en la UE se depositó en vertederos, y otro nueve por ciento se incineró sin recuperación de energía o se eliminó de otro modo. Este dato muestra que son necesarios esfuerzos adicionales por parte de los Estados miembros para una gestión de residuos más circular.
La Comisión Europea propuso en marzo de 2022 un ambicioso Plan de Acción de Economía Circular como parte del Pacto Verde, con el objetivo de acelerar la transición a una economía circular. Este plan abarca diversas medidas destinadas a promover productos sostenibles, revisar regulaciones sobre construcción y textiles, y fortalecer el papel de los consumidores en esta transformación verde.
Además, se enfatiza la necesidad de abordar los residuos electrónicos, uno de los flujos de residuos de más rápido crecimiento en Europa. Se promueve la reutilización y el "derecho a reparar" como estrategias para prolongar la vida útil de los productos electrónicos.
¿Cómo mide la UE la economía circular en las empresas? Como explicamos en este artículo, la UE no ha establecido indicadores oficiales para medir la circularidad empresarial, pero ha desarrollado varias regulaciones y políticas en su estrategia de economía circular. Estas son las 5 principales:
Por otro lado, la UE, en la línea de sus objetivos de neutralidad climática, también establece que los países de la región deberán implementar estrategias de economía circular. Se trata de instrumentos como el Impuestos sobre vertederos e incineración, para alcanzar sus metas de reciclado; los Sistemas de pago por generación de residuos, basados en el principio "quien contamina, paga", que estimulan la reducción de residuos y la recogida selectiva y los Sistemas de recogida selectiva, exigida por la Directiva Marco de Residuos y esencial para facilitar el reciclaje.
La gestión de residuos se ha convertido en un desafío crucial en la era moderna, como lo destaca el Global Waste Management Outlook 2024. Este informe, fruto de la colaboración entre el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), resalta la necesidad urgente de transformar nuestro enfoque hacia los residuos sólidos para revertir una tendencia preocupante.
Si continuamos con los patrones actuales, se espera que la generación global de residuos sólidos municipales aumente drásticamente para 2050, lo que subraya la importancia de acciones concretas para desacoplar el crecimiento económico de la producción de residuos. Actualmente, solo el 19% de los residuos sólidos municipales se reciclan a nivel mundial, lo que indica un bajo nivel de gestión efectiva de residuos.
Este estudio también menciona que la implementación de un sistema de economía circular podría mitigar estos costes y mejorar la eficiencia ambiental. Este enfoque conlleva reducir drásticamente los residuos y valorar los materiales secundarios como recursos, lo que requiere inversiones significativas en infraestructura y acciones coordinadas entre gobiernos y productores. Esto implica ver los residuos como recursos potenciales y trabajar para reintegrarlos en la cadena de valor. Además, se destaca la importancia de prolongar la vida útil de los materiales y mejorar la reciclabilidad, así como garantizar condiciones seguras y justas para aquellos que trabajan en la gestión de residuos.
En la economía circular, donde el objetivo es maximizar el valor de los recursos y minimizar el desperdicio, la integración de datos medioambientales en las estrategias empresariales es crucial.
Por eso Zero, el software de TEIMAS para el control de los residuos en grandes empresas, destaca como una herramienta esencial para las multinacionales que buscan implementar prácticas de economía circular.
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